- EDITORIAL: LIBROS DEL ASTEROIDE
- TITULO: SHEILA LEVINE ESTÁ MUERTA Y VIVE EN NUEVA YORK
- AUTORA: GAIL PARENT
- RECOMENDADO PARA: VIAJAR A NUEVA YORK
- VALORACIÓN:( 1-10): 6
- EXTRAS: SI TE GUSTA «SEXO EN NUEVA YORK» Y “LAS CHICAS DE ORO”, TE ENTUSIASMARÁ.
- IMAGEN: PORTADA DEL LIBRO
A partir del año noventa y durante toda la primera década del dos mil, nos bombardearon con libros de auto ayuda para mujeres y hombres de más de treinta, cuarenta, cincuenta. Par mujeres gordas y acomplejadas, para las extremadamente guapas. Para mujeres y hombres objetos. Las crisis de cada década comenzamos a resolverlas con libros de auto-ayuda catalogados por edades. El boom de estos libros alcanzó el zenit con las mismas historias contadas por las celébritis que, aunque no lo parezca, sufrían las mismas crisis que el resto de mortales. Un gramo de Lorazepan –siempre recetado por un profesional médico- y uno de estos libros se convirtió, durante dos décadas, en la receta habitual de mujeres y hombres principalmente urbanos. Y viceversa.
El origen de este boom lo encontramos, sin lugar a dudas, en el año 1971 con la magnífica obra SHEILA LEVINE ESTÁ MUERTA Y VIVE EN NUEVA YORK y que ahora LIBROS DEL ASTEROIDE lanza en una cuidada y preciosa pink-edición.
Si os gusta leer chistes mezclados con pinceladas de literatura y recordáis con nostalgia “Las chicas de oro” os gustarán las andanzas de la protagonista de este cuento neoyorquino. No en vano la autora fue una de las más afamadas guionistas de la veterana serie.
El argumento es sencillo y la historia lineal. Sheila es una chica mona -como no para de repetirle su madre -,y con el objetivo claro de no superar los treinta años sin tener un piso estupendo en Manhathan, un buen trabajo y, por supuesto, un mejor marido. La ciudad está descrita con gracia y mucha mala leche y, lo mejor, es que pese a todo, la ciudad de 1970 es muy parecida a la actual, reconocible, viva y, muy, pero que muy peliculera.
La preocupación de Sheila va aumentando conforme pasan las páginas. Los objetivos están sin alcanzar y, mientras algunos en su entorno lo van consiguiendo, ella no para de frustrarse por lo que decide cambiar sus tres objetivos primitivos en un más alcanzable y que dependerá sólo de ella: suicidarse.
Sheila Levine está muerta y vive en nueva York continúa siendo la nota de suicidio más divertida que se haya escrito nunca. Entre las compras de la lápida, la caja, el vestido para su funeral, una peluca –esto pertenece a los vicios ocultos de cada uno-, las flores, el testamento y miles de detalles dignos de tener en cuenta para tu propio funeral –llevar ropa interior de verdad-, Sheila recorre un Nueva York donde lo que importa son las calles, los barrios, las gentes y el olor de Manhattan.
Un libro bien escrito, porque una novela ligera no tiene ni debe de estar reñida con el mal uso del lenguaje, de la ironía y, por encima de todo, del puñetero sentido del humor.
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