Marrakech es una de las ciudades más importantes de Marruecos, con una población que supera con facilidad el millón y medio de personas y que tiene una de las zonas más importantes y bellas para los que quieren hacer actividad física. Marrakech está situada a los pies del Atlas. Y si, posiblemente sea también la ciudad más turística de Marruecos.
E una ciudad de contrastes, con sus mercados y sus zocos siempre llenos de gente intentando negociar, intentando que el viajero se sienta como en casa y que forma parte de un estilo de vida muy propio.
Impresionantes son los atardeceres y los amaneceres en la ciudad, rojizos e íntimos que te permiten mirar no sólo los paisajes de la ciudad sino hacia tu interior. Un destino de ida y vuelta. Es un viaje sensorial de olores y sabores, que se impregna y no desaparece hasta días después del regreso.
La «ciudad roja» de Marrakech es un lugar mágico, lleno de mercados, jardines, palacios y mezquitas. Sólo en merodear por los callejones de la histórica Medina de Marrakech puede irse un día entero. No hay mejor forma de conocer la Medina de Marrakech que caminar por sus murallas fortificadas. La ciudad permite descubrir la belleza de alguna de las históricas mezquitas. Aunque hay que tener en cuenta que, a menos que seas musulmán, no podrás entraren muchas de ellas.
Viajar a Marrakech no es como viajar a Barcelona. La ciudad impresionante que descubres no está exenta de algunos puntos diferentes a los que solemos conocer por lo que es habitual una ligera sensación de miedo e inseguridad. Algo que el viajero va corrigiendo conforme pasan los días. No queremos decir con esto que se puede ir de cualquier forma o a cualquier hora por la ciudad. Simplemente que tomemos las medidas oportunas pero que estas no nos dejen paralizados.
Marrakech permite hacer muchísimas excursiones para conocer bien su cultura y a sus gentes. Excursiones por el desierto Merzouga para lo que necesitamos algo más de tiempo, visitas por el palmeral a camello, una visita guiada por la Medina de Marrakech. Un tour en quad por el desierto, visitar la cascada de Ouzoud, o visitar la ciudad próxima de Essaouira, una ciudad que enamoró al mismísimo Orson Welles. Vamos que no será por falta de opciones por lo que has decidido quedarte en tu resort y darte chapuzones en la inmensa piscina. Y es que no podemos olvidar que pese a todo lo que podemos ver, la ciudad cuenta con una alta gama de hoteles y resort en los que se podría uno entretener todo el día sin necesidad de salir.
El Atlas s un sistema montañoso que recorre, a lo largo de 2400 km, el noroeste de África. La cordillera recorre Túnez, Argelia y Marruecos. Su pico más alto es el Toubkal, con 4165 m al suroeste de Marruecos. La población del Atlas es mayoritariamente bereber en Marruecos y en Argelia. Son muchos los montañeros que visitan Marrakech para ir directamente a visitar el Atlas, acompañado por guías locales conocedores del terreno y por animales que portean sus macutos. Sin embargo y, aunque son viajes complementarios, se pueden hacer de forma independiente. Hay muchos viajeros que prefieren la ciudad que el monte y viceversa. Por eso esta experiencia de subir al atlas es sólo recomendable para gente con experiencia en la montaña y con ganas de conocer otra parte de África alejada de la ciudad con un sistema y unas tradiciones mucho más lejanas en el tiempo, pero que te sorprenderá y cambiará una vez termines la experiencia. El bullicio de Marrakech no está presenta en el Atlas, pero si que el mismo cielo y las mismas estrellas cubren ambas zonas. La comunión del silencio y el cielo es muy especial en esta otra aventura por el Atlas.

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